La innovación es parte imprescindible del desarrollo empresarial y el económico. Y la inversión en I+D suele llevar a casos de éxito y progreso en muchos sectores. Sin embargo, no siempre las empresas pueden permitirse un desembolso importante en I + D, por lo que muchas iniciativas quedan aparcadas por este tipo de inconvenientes económicos. Así, no son pocas las firmas o proyectos que quedan con una “subinversión” que lastra sus buena marcha.

Si pensamos en sectores que funcionan a modo de clúster, las empresas se pueden beneficiar de manera mutua a través de una transferencia de conocimientos en red, que optimiza ese gasto en innovación, al ser compartido en muchos casos. No obstante, tampoco se pueden evitar los llamados “fallos de red“, cuando esa necesaria transferencia no llega de manera adecuada o, directamente, no llega.  Para paliar estas dificultades, que encuentran sobre todo las microempresas, son necesarias ayudas públicas o incentivos para potenciar el desarrollo de estas empresas, para beneficio del conjunto del clúster y, sobre todo, para el desarrollo local.

Desde la Cátedra de Transformación del Modelo Económico de la UMH se ha elaborado este nuevo informe en el que podemos ver cómo se evalúan diferentes políticas y cuáles son sus efectos en las empresas. Un estudio que se ha centrado, en esta ocasión, en el caso del clúster de la biotecnología en la provincia de Alicante.